Cómo prevenir el maltrato infantil desde el colegio

Cómo prevenir el maltrato infantil desde el colegio

Cómo prevenir el maltrato infantil desde el colegio es uno de los temas más importantes dentro del mundo de la educación.

Antes de entrar en materia, debemos conocer qué es el maltrato infantil.

¿QUE ES EL MALTRATO INFANTIL? 

Antes de contestar a esta pregunta, conviene conocer algunas ideas erróneas o falsas creencias que existen sobre el maltrato. 

La representación que tenemos de la infancia y de la familia como protectora de la misma, entra en conflicto con la idea de maltrato y provoca fuertes reacciones emocionales y rechazo moral, lo que produce algunas falsas creencias o distorsiones, como las siguientes: 

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 La violencia y el amor no coexisten en las familias. Existe la creencia arraigada de la familia como núcleo de afecto, donde es difícil creer que exista violencia. Se piensa, igualmente, que si existe un clima de violencia familiar es mantenido. Sin embargo, son muchos los niños que, a pesar de los malos tratos recibidos, quieren a sus padres, y esta coexistencia de violencia y amor hace que el niño crezca aprendiendo que la violencia es aceptable. 

• El maltrato lo cometen sólo las personas con enfermedades mentales, desórdenes psicológicos o bajo los efectos de alcohol o drogas. Subyace la creencia de que las personas normales no maltratan a sus hijos. 

• El maltrato se transmite generacionalmente. Fórmula dogmática que mantiene erróneamente que todos los hijos maltratados serán maltratadores. 

• El maltrato infantil es fundamentalmente maltrato físico. Visión restrictiva del problema, construida y fomentada a través de los medios de comunicación, dando una importancia preferente a los casos con lesiones físicas y abuso sexual. En contraste, existe una alta tolerancia al maltrato físico “leve” o el psicológico. 

• El maltrato infantil y las situaciones de desprotección se producen en las clases sociales y culturales más bajas y marginales. El maltrato existe en todas las clases sociales. Se diagnostican más casos entre las capas sociales bajas por el uso de recursos públicos, sociales y sanitarios, mientras que en clases sociales elevadas se utilizan los servicios privados. 

 El maltrato es infrecuente. Aunque es difícil conocer la frecuencia real del maltrato, se estima que tan solo se detecta una pequeña parte del número real. 

Elaborar una definición de maltrato infantil no es tarea fácil, porque dependiendo de las diferentes costumbres o culturas, puede existir desacuerdo entre lo que es maltrato y lo que no lo es. Además resulta difícil concretar y acordar los criterios en cuanto a la frecuencia, intensidad, intencionalidad, consecuencias, etc. 

A continuación se recogen algunas definiciones de maltrato más utilizadas y que generan mayor consenso: 

La Convención de los Derechos de los Niños de Naciones Unidas (Ratificada por España el 30 de noviembre de 1990), en su Artículo 19, se refiere al maltrato infantil como: 

“Toda violencia, perjuicio o abuso físico o mental, descuido o trato negligente, malos tratos o explotación, mientras que el niño se encuentre bajo la custodia de sus padres, de un tutor o de cualquiera otra persona que le tenga a su cargo”. 

El Centro Internacional de la Infancia de París, considera que: “El Maltrato Infantil es cualquier acto por acción u omisión realizado por individuos, por instituciones o por la sociedad en su conjunto y todos los estados derivados de estos actos o de su ausencia que priven a los niños de su libertad o de sus derechos correspondientes y/o que dificulten su óptimo desarrollo”. 

Desde una teoría basada en la consideración de las necesidades de la infancia y para superar los problemas de definición del maltrato, son muchos los autores que definen el maltrato ”como la no satisfacción de las diferentes necesidades infantiles” (ADIMA, 1993). Las necesidades infantiles se podrían resumir en dos dimensiones: la salud física y la autonomía, entendida esta en su sentido más amplio y referida a necesidades cognitivas, emocionales y sociales (Ochaita y Espinosa, 2001). 

Cómo prevenir el maltrato infantil desde el colegio

El objetivo de todos los que trabajamos con la infancia y la adolescencia es procurar el pleno desarrollo físico, mental y social de los niños y las niñas en condiciones de libertad y dignidad. 

En ocasiones nos encontramos con niños y adolescentes cuyos derechos están siendo vulnerados y que no tienen cubiertas sus necesidades básicas según sus etapas de desarrollo, lo que les impide o dificulta su integración libre en la sociedad en que viven. Dicho de otro modo, no encuentran en la familia o en el contexto en que se desenvuelven unas condiciones adecuadas, quedando en una situación de desprotección que les impide el crecimiento y desenvolvimiento esperado para su edad. 

El niño que no recibe los cuidados y no ve satisfechas sus necesidades, no espera nada positivo del entorno, y su relación y respuesta a ese entorno empieza a caracterizarse por conductas de retraimiento o violentas. 

El centro educativo es el lugar donde acuden todos los niños y niñas diariamente, Allí pasan gran parte de la jornada durante la infancia y la adolescencia y allí es donde pueden manifestar de forma abierta sus inquietudes y dificultades. Por tanto es el centro educativo donde profesionales cualificados pueden observar sus conductas, compararlas, diferenciarlas respecto a los patrones estándar del desarrollo. Por todo ello el centro educativo se convierte en un ámbito idóneo para poder detectar las situaciones de desprotección, y, por tanto el profesorado tiene un papel decisivo en este sentido, por varias razones: 

• Los distintos profesionales, en las relaciones cotidianas que establecen con los alumnos, adquieren un conocimiento profundo de cada uno de ellos. 

• De igual forma, los contactos que mantienen con sus familias les hacen tener una visión más o menos exacta de las relaciones y pautas educativas, así como otras circunstancias sociofamiliares. 

• Poseen un conocimiento de la infancia y la adolescencia en cuanto a las características de las diferentes etapas por las que atraviesan los niños y niñas. 

Una vez detectadas las situaciones de desprotección, es necesario intervenir de manera adecuada, es decir, realizar las actuaciones que logren detener el problema y prevenir situaciones más graves, intentando que ésas sean lo menos lesivas posible para el niño o la niña. 

Si es importante la detección de los casos de maltrato y su correcta orientación desde la escuela, no lo es menos el papel preventivo que el centro educativo puede desarrollar con todo el alumnado, capacitándoles para una adecuada autoprotección ante situaciones de daño o abuso que puedan sufrir.